Barbus guiraonis. |
En
la Piscifactoría de Bolinches, propiedad de la Junta de Comunidades de
Castilla-La Mancha, se está procediendo a una reorientación de su producción
desde finales de 2011. Se ha abandonado la cría de trucha arco-iris
(Oncorhynchus mykiss), muy apreciada por los pescadores deportivos, y se han
iniciado las investigaciones para la recuperación de las especies autóctonas
que pueblan nuestros ríos, con el fin de introducirlas en los tramos donde
estén ausentes.
Por
primera vez se ha conseguido con éxito aumentar la reproducción del barbo
mediterráneo cautivo en piscifactorías.
Para
ello, cuando se acercaba la época de puesta del barbo (que habitualmente se
produce entre mayo y junio), los gestores de la Piscifactoría de Bolinches
simularon las condiciones naturales del río, introduciendo gravas y plantas
acuáticas en las balsas para imitar los frezaderos naturales y así 'engañar’ a
estos ciprínidos. Meses después, en la actualidad, se ha visto el resultado y
ya se pueden observar miles de alevines nadando en sus aguas.
El
objetivo era conseguir la reproducción de esta especie con el menor grado de
intervención humana posible.
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