Como bien dije en el artículo anterior, a la llegada del
pantano de peñarroya, los dos nos quedamos asombrados.
Donde pasados cuatro meses hubiera una enorme cantidad de
agua, nuestra sorpresa seria la sequia que había, el bajísimo nivel de agua que
avia,no se podía ni arrimarse a la horilla por la cantidad de barro que avía,
con lo cual decidimos marcharnos a tomar una cervecita ,no sin antes
inmortalizar lo que nuestros ojos vieran.
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